jueves, 8 de septiembre de 2011

Cuando tu hijo te pregunte...

EL RATONCITO PEREZ. Por si alguien te pregunta sobre él y no conoces su historia.

Aunque todos los niños lo conocen ninguno lo ha visto. Como cuando cumplen una cierta edad dejan de creer en su existencia, he aquí su verdadera historia:

Hace muchos años, cuando los arreglos dentales eran cosa del futuro, y el dolor de la extracción de un diente o una muela se soportaba estoicamente sin anestesia, era muy común que esta fuera una tarea de los barberos-sacamuelas. Esto a los niños les causaba pavor solo con pensarlo.


Un día un avispado barbero pensó como podía paliar esto de algún modo. Se le ocurrió entonces, para que los niños superaran este trance, utilizar a su cobaya: un precioso ratón blanco que tenía siempre en la barbería. Su ratón sería la motivación para que los niños perdieran el miedo. El barbero-dentista se llamaba Antón Pérez. Pronto el ratoncito se quedaría con el apodo de su amo: Ratoncito de Pérez. 


Cuando un niño llegaba asustado a la barbería, con la encía inflamada, lagrimas en sus ojos y temblando, le decía que a cambio de obsequiar a PÉREZ con el diente que le quitaba tendría un regalo, ya que el ratoncito necesitaba sus dientes para una vez triturados pudiera comerlos y así con el calcio de estos poder mantener los suyos sanos y fuertes ¡todos sabemos lo importantes que son los dientes para los ratones!.


El barbero-sacamuelas comenzó a regalar a los niños dulces, juguetes y alguna moneda suelta a cambio de sus pequeños dientes y muelas y los niños comenzaron a acudir incluso simulando que les dolían. El barbero siempre ponía un poquito de yeso en polvo en el comedero de Pérez para que los niños creyeran que eran dientes triturados.


Con el paso del tiempo, en toda la comarca PEREZ se hizo famoso y la dentadura de los niños mejoró por la frecuencia de las visitas que permitían prevenir y aumentar la salud de sus pequeñas dentaduras.


La voz del éxito de Antón Pérez se corrió por todo el mundo y fue adoptada por otros colegas. De esta forma se explica por que en muchos lugares distantes del mundo existe la tradición de Ratoncito Perez.


Transcurridos los años, los padres mantuvieron la tradición de regalar a los niños alguna moneda a cambio de sus dientes de leche, manteniendo así la tradición y la ilusión durante años y como no, la pérdida del miedo a los nuevos dentistas, que ...¡por supuesto no hacen nada de daño!

Ahora ya sabes... quien se lleva tu dientecito cuando lo dejas debajo de la almohada ... es papá o mamá PEREZ.

Mario Sender

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