lunes, 5 de septiembre de 2011

11-S, NY CONTIGO.

Recuerdo mi viaje a NY, la comida en WTC y su caída hace ahora 10 años. En Manhattan el cielo es más alto. Levantas la vista y la perspectiva lo aleja hasta el infinito elevándote hacia lo desconocido. Estamos entrando a través del puente de Brooklyn en uno de sus famosos taxis amarillos abrazada a mi como la primera vez. Nos alojamos en un hotel antiguo en la calle 55, céntrico, ideal para pasear. Estoy junto a ti recordando el frío y la lluvia de octubre. Aquí en NY también llueve azul.

Llevo un abrigo azul marino clásico, traje gris y guantes. Tu estás muy guapa con tu abrigo fucsia.  Quiero enseñare los barrios de Manhattan, recorrerlos en taxi: Bronx, Harlem... que veas con tus ojos lo que tantas veces las películas muestran: bidones donde se calientan los sin techo, gente de color con cadencia al andar, su particular vestir, las canchas de baloncesto... Atravesar bajo los pasos elevados del metro... y por la noche, agarrados de la mano perdernos por Broadway, sus neones, sus musicales... vuelvo a sentirme dichoso de soñar en blanco y negro con solo un color: tus ojos.


Recorremos Central Park entre la neblina nocturna, Chinatown, los muelles... la noche se alarga llena de tu perfume y el vapor de los respiraderos. Sobre uno de ellos veo levantar tu vestido y te miro como a Marilyn. Con deseo.






En el hotel, sin cortinas, en el penthouse, desnuda frente a la ventana acaricio tus hombros, modelo tu cuerpo beso a beso y como Peter Pan, enlazado a tu cuerpo, henchido de placer, recorremos la City sobre sus rascacielos, mas cerca del cielo. Un orgasmo infinito recorre nuestros cuerpos. La noche nos tapa, nos quiere. Nos queremos. Abajo las sirenas y el bullicio, arriba tu y yo, mi sexo en tu sexo y como uno solo gritamos I love NY, esperando que todos lo oigan. Amaneces despacio y te regalo un beso. Miro como te vistes y te deseo. Pero ahora nos vamos de museos:  el MOMA, Metropolitan, Guggenheim... no llueve y el azul sigue en tus ojos.

Desde WTC puedes ver tres estados, la estatua de la Libertad, el río Hudson, la llegada de los ferrys...
El restaurante gira y la vista cambia pero no puedo apartar mis ojos de ti. Te escucho, te observo mientras siento mi corazón latir. Ya no podré llevarte de nuevo allí, hoy es el último día. Aún conservo una caja de cerillas de aquel momento:
el restaurante se llamaba Windows on the World. Así eres tú, una ventana en el mundo.

Un trágico 11 de Septiembre de 2001 desapareció para siempre llevándose la vida de miles de personas inocentes víctimas de la estupidez humana.
A veces pienso que la vida es como un destierro. Un lugar donde convivimos abandonados purgando y puliendo nuestros defectos. Y, de vez en cuando, algunas almas se encuentran para enseñar a otros o a ellos mismos lo fácil que sería todo sin egoísmos, sin guerras, sin hambre, ... todavía somos animales... aún peor: animales racionales. No vale la venganza. Conlleva muerte y sufrimiento, pobreza y hambre. Justo lo contrario de lo que pretende evitar.
MOMA

ChinaTown



Paso elevado del Metro



Famoso Club



Muelles río Hudson

Guggenheim

Museo Ciencias Naturales


Cerillas de Windows on the World


Me quedo contigo en mi reflexión y con esa sensación de placer, deseo y nada de tristeza. Querer mucho. Como yo te quiero. Debería ser siempre así. Este es el secreto.
 
 Diez años después ya no está Bin Laden, nada ha cambiado, solo tenemos unos miles de muertos más.

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