lunes, 5 de diciembre de 2011

Un regalo muy especial.

Las 11:15




Una escopeta de plástico
con un corcho como bala,
una pistola, también de plástico
con una cinta de pistones,
con su peculiar olor a pólvora...
Durante años fueron mis regalos de reyes
Los espero con impaciencia, aunque ahora también está Papá Nöel.
Los tiempos cambian
No recuerdo otros regalos
aunque sin duda, alguno más abría. 
Cuando eres niño los regalos tienen otro significado: ilusión, alegría y 
unos ojos muy grandes, muy abiertos,
ante la sorpresa que no se espera.


Este año, al recibir mi regalo, he tenido esa sensación
ese recuerdo, la ilusión de antaño.
Lo he abierto con mucha delicadeza y 
cada envoltorio aumentaba mi deseo,
son muchos regalos en uno. Como los Juegos Reunidos.
A pesar de ser un regalo al alcance de cualquiera, es único.
Dice mi nombre. Es distinto.
El "papel" que lo envuelve puede ser de mil colores, también de mil olores, 
incluso mil sabores.
Me gusta desnudar mi regalo,                                     olerlo, saborearlo.
Es muy peculiar, ya que cambia cuando lo tocas, con las caricias.
Lo que más me gusta es cuando dice "te quiero" y sus ojos verdes te alumbran.
Tiene una preciosa piel suave, oscura en la punta de sus pechos.
Y si lo pones al sol, cambia de color: color tostado, color de verano.
Además tiene una ventaja, no ocupa sitio, lo puedes guardar en cualquier lugar, sin que estorbe.
Yo lo guardo en mi corazón, para que me acompañe siempre.
Le he puesto nombre, de tanto que le quiero, antes no sabía como se llamaba,
ahora desde el pasado año lo sé.
Se llama Amor, aunque no ponía nada en la caja, y no lo cambiaría por nada.
Ya lo sé, los niños somos egoístas. Lo quiero para mi solo.
Los Reyes Magos, no se porqué, me lo traen a las 11:15, y no viene en camello, ni en dromedario, 
viene en un tren de esos con nombre de pájaro. Cosas de los nuevos tiempos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Páginas