jueves, 3 de noviembre de 2011

SECRETO INCONFESABLE


Ahora que se acerca Navidad, os dejo un relato, que escribí el pasado año, para cuando tu hijo te pregunte por ese secreto inconfesable...


Esa noche decidió descubrir la verdad. Como siempre hacía cada año, cada cinco de Enero, se acostó temprano. Pero esta vez se hizo el dormido.

La espera fue larga. Ningún ruido. Nada. Ni rastro de ellos... ni escuchó camellos, ni dromedarios... absolutamente nada. Sus sospechas parecían fundadas.

No convencido todavía se levantó sigiloso. Bajó la escalera sin encender la luz y miró en el salón y la cocina. Nada extraño, ninguna pista.

-¡En el garaje!..-pensó-

Siguió bajando y a través de la puerta entreabierta observó luz. Se acercó y miró a través de la rendija.. En el fondo de su corazón quería ver a Melchor, Gaspar y Baltasar... pero no. ¡Que desilusión! Eran sus papas. Le invadió una gran pena. Tenía ganas de llorar.
Abrió la puerta con rabia...

- ¡Me habéis engañado.. lo sabía. Ya no soy tan pequeño!.
-No hijo, no. Ven te contaré una historia. Siéntate aquí. 

"Hace muchos años, después de visitar a Jesús, Los Magos fueron perseguidos. Eran un peligro. Habían tomado la costumbre de visitar a todos los niños para burlarse de Herodes. Le hicieron creer que todos los años nacían cientos de Mesías. Herodes montó en cólera y ordenó perseguirlos por todo el mundo.
Durante siglos se escondieron de Herodes y sus descendientes. Hasta que un día, a Baltasar, se le ocurrió una idea genial. reunió a todos los Magos del mundo y les explicó su ocurrencia:

-"Vamos a convertir a todos los padres en Reyes Magos para siempre. Así, ni Herodes ni nadie, podrá jamas acabar con nuestro linaje. Los niños lo agradecerán toda la eternidad."

-Este es el motivo por el cual los Reyes Magos somos los padres. Dentro de nosotros habita su espíritu y su mandato: "Haced felices a todos los niños de la tierra una vez al año, por Navidad". Estamos obligados a guardar su secreto y su recuerdo hasta que cualquier niño, por su edad, lo pregunte. Entonces hay que hacerle prometer que no lo revelará y que jamás, hasta que sus hijos le pregunten, se lo contará a nadie. A cambio de esta promesa, a partir de ahora, , en posesión de nuestro secreto, también ERES REY MAGO.
-¿Prometes guardar el secreto y no contarlo a nadie?
-SI PAPÁ.
Para todos los padres del mundo.

Mario Sender




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