miércoles, 24 de agosto de 2011

El tiempo se para. El secreto de M en la galaxia de la Rosa.

Después de mucho tiempo esperando había llegado el día...
Ni en mis mejores sueños habría imaginado algo así.
A pesar de conocerte desde hace tiempo, desearte como nunca había deseado, haber tenido unas conversaciones tórridas a veces, cariñosas y sentimentales otras, las expectativas se quedaron muy cortas.
Vestida de forma discreta y elegante, apareció tu figura ante mis ojos, no sin antes hacerte esperar. Recuerdo tu imagen avanzando hacia mi como en uno de esos anuncios que reclaman tu atención difuminando todo alrededor del producto a vender. Solo te veía a ti. Cerré los ojos al abrazarte. Fueron unos segundos. Mis manos sobre tu cuerpo y mis labios sobre tus hombros. Aún me emocionó al escribirlo. Me excita pensar en ello.Debe ser que te quiero.
Cuando tus ojos me miraron, cuando vi tu cara y lo que ella expresaba no tuve dudas de que era lo que siempre había soñado.
Eres pequeña, suave, mimosa, salvaje y generosa. Me gusta tu estilo que ya imaginaba, me gusta como andas, me gusta como te mueves. Atrevida, simpática, una perfecta compañera para este amante sincero, que ya no tendrá que idealizarte. Sería difícil hacerlo. Tu primer beso me transportó a un lugar del que todavía no he regresado. Tu mirada me cegó los ojos y ni tan siquiera el gran artista pudo conseguir que los apartara de tí.
Destacando entre la gente, como dos adolescentes, a veces unidos a veces separados, pero con esa atracción que hace difícil separar dos imanes.
Las manos enlazadas, los dedos recorriendo la piel, los cuerpos pegados y ese ambiente cargado de sentimientos que nos hace únicos. Tensión, ternura, amor, complicidad.
Creo que se lo que es la felicidad. Tu me lo has enseñado.
No hace falta decir que fueron unas horas maravillosas donde tenerte sobre mi piel desnuda, recorrer cada rincón con mis manos, acompañar tus gemidos y escuchar mi nombre en tu boca me han hecho el hombre más dichoso de ese otro mundo del cual aún no consigo regresar.
Y no quiero dejar de mirarte mientras partes hacia ese otro lugar donde nos encontramos, sin duda tan real como la vida misma, pero también único.  Ahora ya no es igual, porque en el estas tu. Podré detener el tiempo y revivirlo cada día. Será nuestro, solo tuyo y mío. Un trocito de tiempo relativo.

Como se que te gusta tanto, quiero dejarte este regalo pensando en tus ojos brillantes, azul lluvia, que mojan los míos. Sabes que te quiero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Páginas